LA TOMA DE GIBRALTAR POR LOS JEREZANOS

EL 20 DE AGOSTO DE 1462 SE TOMÓ GIBRALTAR, SIENDO EL PRIMER PENDÓN QUE ONDEÓ EN SUS MURALLAS EL DE LOS JEREZANOS.


Antes de describir las hazañas de los jerezanos, bien está hacer un poco de historia anterior al suceso.

...Alube de los fenicios y Calpe de los griegos, era una de las dos columnas de Hércules (la otra es el peñón de Abyla, en Ceuta), que los fenicios coronaron con verdaderas columnas de plata para marcar los límites de la navegación.

Los romanos fundaron allí la Colonia de Julia Calpe.

Al desembarcar en este lugar los moros (710-711), con el objeto de invadir España, Tarik, su caudillo, mandó construir un castillo. Por esta razón le llamaron Gebel-al-tarik, de donde viene el nombre actual.

Año 1302, es entonces cuando el rey don Fernando II de Castilla la conquista. Pero en 1333, Abu Melik, hijo del emperador de Marruecos, se alza sobre el peñón y lo reconquista, teniéndolo en su poder hasta 1410, en que Gusul III, rey de Granada, se apodera de él.

Llegamos al 1462... y aquí empieza esta página gloriosa para la historia de Jerez.


LOS CABALLEROS JEREZANOS EN LA TOMA DE GIBRALTAR

Málaga celebraba grandes festejos en honor de un rey moro. La nobleza de Gibraltar acudió también a las fiestas, dejándola, confiados en su seguridad, abandonada.

En estos días, un moro gibraltareño llegaba a Tarifa para hacerse cristiano, aprovechando la oportunidad de poner en conocimiento del alcayde Alonso de Arcos la situación de la plaza desamparada.


A Alonso de Arcos, no le bastó la confidencia y se acercó al peñón donde pudo comprobar por otros moros cautivos ante sus puertas, la veracidad de la situación, por lo que inmediatamente dió aviso a Don Juan Ponce de León, segundo Conde de Arcos, a don Rodrigo Ponce de León, su hijo, Marqués de Cádiz y al Duque de Medina Sidonia, don Juan de Guzmán, pidiendo a Jerez gran número de fuerzas.

Al socorro solicitado acudieron prestos el Marqués de Cádiz con su gente y el Corregidor de Jerez, Maestresala del Rey, don Gonzalo Dávila, con el pendón de nuestra ciudad, al frente de una tropa compuesta de cuatrocientos a caballo y mil seiscientos a píe, entre ballesteros y lanceros. A estas fuerzas se fueron uniendo otras de los puntos cercanos.

El Conde de Arcos no pudo asistir por su precario estado de salud.

Ya ante la ciudad, comenzaron a combatir tan reciamente que sus moradores, viéndose sitiados de improviso y con sus jefes ausentes, decidieron entregarse y rendir la plaza al Marqués de Cádiz.


                                                                               Batalla acaecida en las proximidades de Gibraltar (Adam Willaerte, 1617)


EL PRIMER PENDÓN QUE ENTRÓ EN LA CIUDAD FUE EL JEREZANO

El Marqués de Cádiz, teniendo noticias de que el Duque de Medina Sidonia se acercaba al lugar, dilató la toma de Gibraltar pra combatir entre ambos tal gloria y honor.

Pero el Duque, al llegar, exigió para sí solo esta victoriosa empresa, surgiendo entre ambos caudillos gran rivalidad, y a punto estuvieron de pelear el uno con el otro.

Llegado a conocimiento del Conde de Arcos, estas diferencias y luchas que retrasaban el ultimar la toma de la plaza, en perjuicio del Rey don Enrique IV, decidió marchar y poner fin a las discordias entre su hijo, Marqués de Cádiz y el Duque de Medina Sidonia.



                                                                                                                              Enrique IV



Los jerezanos, ansiosos por poner fin a aquella tardanza en los convenios, se acercaron a las puertas de la ciudad, y Gonzalo Dávila, pidió a los moros se la entregasen a él, prometiéndoles  poner la plaza en posesión del Rey y defendedlos de ambos nobles, si intentaban crear más confusa situación.

Accedieron los gibraltareños, abrieron sus puertas a los de Jerez, y el Pendón de la ciudad, seguidos de todos sus caballeros y peones, irrumpieron en la ciudad.

Pero al ver la hazaña, el Marqués y el Duque, arremetieron todos juntos contra la ciudad y entraron en ella a tropel.

Los moros se refugiaron en el castillo hasta que su paisano alcayde, Mohamad Caba, entregó sus llaves a los cristianos, quienes pusieron por alcayde al caballero Pedro de Porras.

El Rey, conocedor de esta buena empresa, escribió la siguiente carta a la ciudad de Jerez:






Con esta carta enviada a Jerez, el Rey solicitaba de esta ciudad fuerzas para guarnecer Gibraltar, por lo que se enviaron diez jerezanos a caballo y sesenta ballesteros.

El Rey premió a Gonzalo Dávila, por ser el primero que con gente de Jerez entró en Gibraltar y ganó el pendón moro, concediéndole un Juro ( pensión perpetua que se concedía sobre las rentas públicas por servicios prestados.), en Baeza.




                                                                    Grabado de Gibraltar anterior a 1704


Por este y otros destacados servicios que hicieron los jerezanos, el rey don Enrique IV, en fecha de 6 de septiembre de 1465, concedió a la ciudad de Jerez, los títulos de Muy Noble y Muy Leal.

A raíz de la toma de Gibraltar, la nobleza jerezana que se hallaba dividida en bandos y mantenian grandes discordias entre sí, acordaron y firmaron tratados de paz en la Parroquia de San Marcos ante una imagen de María Santísima que allí se venera, quedándole desde entonces el renombre de la Paz a  dicha imagen.


                                                                                           Castillo donde en uno de sus muros ondeó el pendón jerezano


R. de M.

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